NIEVE

viernes, 3 de julio de 2020

DIA 0 Retomamos el Camino. Deste Torres del Rio a León. 2020.


¿En algún momento hemos dejado el Camino? La respuesta es no. Quizás se haya agazapado en un rincón de nuestro cerebro, dejando lugar a los quehaceres del día a día, las labores de la casa y las obligaciones labores. Pero el Camino no guarda silencio y constantemente nos reclama, muy bajito y al oído, que lo retomemos.

Momentos difíciles los que estamos viviendo. El peregrinaje de este año será diferente. En la lista de útiles a llevar hay que añadir mascarillas, gel hidroalcohólico y mucho respeto.

 

Viernes 3 de julio de 2020.

Tenemos una chófer excepcional que nos lleva a la estación de Zaragoza, desde donde un tren nos conducirá hasta Logroño. 


 

                                              «…un tren puede ocultar otro tren…»

 

Advertencia muy curiosa que se nos quedara esculpida en el cerebro de tanto escucharla en cada una de las paradas.

 

Desde aquí, un taxi para dirigirnos al primer punto de nuestro nuevo Camino, Torres del Rio.

 

Nuestro descanso, esta noche, en el albergue Mariela, no sin antes cenar en el hotel San Andrés. Pronto nos retiramos a la habitación. Mañana tendremos que comenzar temprano.

 

Ya acostados, revisando la etapa de mañana y anotando los detalles del día en el diario que nos va a acompañar, de repente la compañera de habitación entra. Aún no habíamos tenido el placer de conocerla y no pensábamos hacerlo de esta manera.

 

Como ella desconocía nuestra existencia, entró en su habitación tan tranquila, en la penumbra, cuando enciende la luz y… ¡comienza a gritar al vernos! Hombre, muy guapos no somos, pero tanto como para causar terror… si acaso al despertar. Lo más gracioso del momento es que nosotros, asustados también por la ruptura del silencio con semejantes alaridos, comenzamos también a chillar, cosa de los reflejos… Tras unos segundos de estupor múltiple, callamos al unísono y reímos ante la situación. Nos presentamos a Victoria, de Sevilla; aquí dos de Aragón.

 

Ya con tranquilidad, recibimos la visita de los vecinos de habitación, quienes, a partir de ahora, serán denominados Urko y amigo.

 

Charla, risas y pronto a descansar. Mañana será nuestro primer día de dos semanas muy intensas. Todo lo que nos sucederá en estos días superará con creces nuestras expectativas en todos los sentidos.

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