NIEVE

sábado, 4 de julio de 2020

7ª etapa. TORRES DEL RIO A LOGROÑO.



Toque de diana a las 7 de la mañana, café, palmera y arrancamos a andar. 

Torres del Rio. Debe su nombre a cinco torres defensivas ya desaparecidas.
Iglesia Santo Sepulcro, faro del Camino de Santiago.


Abandonamos la población por la parte alta, emulando el trazado de la NA1110. Cruzamos la carretera en plena subida para alcanzar la Virgen del Poyo, a nuestra derecha, Sierra de Codes.




¡No mires, que se ve Logroño!

Tenemos pendiente encontrarnos con José, alguien con el que mantengo interesantes conversaciones en el face, sobre el Camino y el entorno de esta zona. Va a hacer la etapa de hoy a la inversa de nosotros, comenzando en Logroño y más o menos encontrarnos en Viana.


Por el término de Bargota encontramos una piedra esculpida y pintada con un curioso diseño. Días después, compartiendo este descubrimiento en las redes sociales, buscando si alguien conocía su significado, nos cuentan una historia sobre cinco dragones colocados por un peregrino en lugares emblemáticos.


Caminamos en solitario, este año el Camino va a ser diferente. Comienza el mes de julio sin apenas peregrinos en los senderos. De repente, un típico puesto de los que te encuentras donde menos te lo esperas. Tenemos la suerte de que este abierto y se nos reciba con los brazos abiertos. Un refresco, el sello de rigor en la credencial y lo más importante, una intensa charla con… otro José.




Ruinas de la aldea Cornava.

A la vista, Viana, ultimo pueblo de Navarra, donde tenemos el placer de encontrarnos y conocer al caballero antes mencionado. Juntos entramos en la población. Charlamos, reímos y al principio del pueblo nos hace entrega de unos pequeños grandes detalles.



Entramos por la calle del Cristo y llegamos hasta la plaza del Coso donde se halla el balcón de Toros. De la mano de nuestro amigo, callejeamos. No tenemos el placer de entrar a la iglesia de Santa María por encontrarse cerrada, pero admiramos su pórtico.




Un lugar digno de conocer son las ruinas de San Pedro. Aquí, tenemos historia, arte y paisajes. Qué más podemos pedir. 




Ahora, como no podía ser de otra manera, comenzamos nuestro camino paralelo gastronómico tomando un pinchito entre conversaciones de vírgenes negras, paganismo, cristianismo y desgranando la historia del bordón del peregrino.



Dejamos Viana por una pista entre huertas hasta llegar a la ermita Virgen de las Cuevas. Unos pintores están allí instalados esperando que les llegue la inspiración. Un poco más adelante, nos encontramos unas ruinas. Tengo que admitir que a mí las ruinas me atraen. Es un gran pedazo de nuestra historia que intenta resistir el paso del tiempo, tenazmente pero acaba sucumbiendo. Cuantas historias, cuántas vidas habrán sentido cada piedra de un lugar así. Como desconozco de que lugar estoy hablando, empiezo paralelamente mi investigación. Si lo descubro, os lo comparto, claro está.



Una gran pasarela, desde donde podemos ver un poco del Pantano de Las Cañas. Como ya estamos un poco cansados de andar, decidimos no acercarnos a él y  conformarnos con esta visión. 


Cerca de la civilización nos encontramos con el límite provincial de Logroño. Foto al canto y a continuar.


Pronto tenemos el placer de conocer a Mari, que sale a sellarnos, todavía poco habituada a recibir peregrinos tras el confinamiento. Guardando las distancias, mantenemos una breve pero cálida conversación.  Adentrándonos ya por las calles de Logroño, nuestra conversación sigue por variados derroteros, desde piedras del Románico a leyendas del Camino.



Agotados y acalorados, buscamos un lugar donde comer y tenemos la suerte de topar con el café Moderno. Allí buscamos lugar donde dormir esta noche. Por desgracia, esta tarea nos va a llevar de cabeza en estos próximos días, muchos han cerrado con las restricciones y  tienen ahora dificultad para abrir. Apenas hay albergues municipales abiertos y solo nos encontramos con privados y no muchos.



José nos acompaña hasta el albergue Albas, un poco alejado del centro, pero desde luego no estamos para elegir. Además el lugar resulta muy confortable, pequeño pero acogedor.




Tras un descanso, toca pasear por la calle  Laurel y aledañas, donde damos cuenta de algunas de sus famosas tapas.
Bar Angel


Bar Las Quejas 

Taberna de Correos.

Pero … se… van… acabando… las fuerzas… habrá que ir a descansar… que la etapa de mañana se anuncia fuerte.




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