NIEVE

domingo, 26 de marzo de 2017

FUENDETODOS A HOCES

Da igual donde camines, no solo cuenta el lugar,
andar en soledad reafirma, pero rodearse de gente con animo,
da color al pasear.


En el campo de Belchite, existe una localidad muy conocida por ser cuna del genial pintor aragonés, Francisco de Goya, y nuestra ruta parte de allí, Fuendetodos. Vamos a hacer primeramente la ruta de las hoces y despues visitaremos el nevero. La primera es una ruta, de aproximadamente 15 kilómetros y lo segundo es un breve paseo en la misma localidad, pero merece la pena acercarse.

Estacionaremos el vehículo, sin entrar en Fuendetodos, en el restaurante Capricho de Goya que encontraremos en la carretera y tomaremos el camino que sale a la derecha de aquí, hacia un parque con una balsa. Seguiremos las indicaciones de Sendero Local (SL) blanco-amarillo.



El comienzo es por camino despejado, por lo que no es recomendable hacerlo en meses de calor. Además es entre campos de cultivo. Pero después, pasa a senda y a estar rodeado de pinos y de paredes rocosas, propias de las hoces.







La primera que recorremos es la Hoz Mayor, donde discurriría, en su momento, el arroyo de Carcaño y la tenemos que recorrer de ida y vuelta, ya que al final, no hay salida, a no ser que seas un treparriscos o un spiderman senderista.







La segunda, de Zafrané, de paredes más bajas, posee salida para cabras de segunda, así que por allí subimos.







Ya quedaría retomar el camino de vuelta, con destino Fuendetodos. Ahora ya podemos tomar la dirección de enfrente al restaurante, para, siguiendo la carretera, o acortando camino como hicimos nosotros, ir al nevero.





Y como no, para cerrar la jornada, paseo por las calles del pueblo, viendo curiosas casas, plazas, edificios y calles, muy bien cuidadas.










El track muestra solo la ida, son 10 km (aprox.) hasta el fin de la segunda hoz, subiendo por la parte final de esta hoz, tendríamos que sumar unos 5 km como mucho.

domingo, 19 de marzo de 2017

EL FRAGO -- SAN MIGUEL DE LAS CHEBLAS

No esta nada mal el caminar buscando el pasado. Paredes levantadas hace más de diez siglos, que resisten, en este caso, a duras penas ya, el paso del tiempo.
Vamos a acercarnos hoy a la localidad de las Cinco Villas, de El Frago, población que en sí, ya merece una visita.
 
Dejamos aquí los vehículos y cruzamos el pueblo por la calle Zaragoza hasta alcanzar una pequeña ermita, de Santa Ana, junto a tres cruces. Desde aquí, las vistas empiezan a ser dignas de contemplar.


Seguiremos por una pista forestal, durante aproximadamente dos kilómetros, donde tomaremos un desvió a la izquierda, continuando otros dos hasta el próximo cruce, pero esta vez optaremos por la derecha.


Estamos adentrándonos en un tupido pinar, lleno de sendas, caminos y pistas, y sin indicaciones, por lo que hay que estar muy atentos al track, y en un kilómetro hemos de tomar una senda.

En la parte alta, hallaremos una paridera, y desde allí, ojo avizor, hay que buscar la senda para llegar a las ruinas de la ermita titular de esta ruta. Hemos intentado marcar con mojones la senda mas clara que hemos encontrado, pero no os vais a librar de las zarzas. Si estiráis un poco el cuello, localizareis la ruinas y podréis guiaros y hacer campo a través.

SENDA A LA DERECHA DE LA IMAGEN
Dos pareces llenas de historia os esperaran, y entre ellas, un lugar ideal para hacer una parada y tomar fuerzas.


Toca volver por la jungla de maleza hasta la paridera y por el mismo camino hasta el cruce donde esta vez continuaremos de frente, para hacer una circular que aparecerá en la parte inferior de El Frago.
Mi recomendación es que esta ruta es para estaciones suaves, ya que la mayor parte del recorrido se realiza a cielo abierto, y en la parte final de la ermita, es una zona muy cerrada, donde apenas la brisa puede pasar. Aparte, si se hace con las piernas al aire, puedes volver con heridas de guerra.

Amanecemos en el pueblo justo en su bar, sedientos y ansiosos, damos cuentas a unas buenas cervezas y ya, a comer, a los pies de la Iglesia de San Nicolás.
 
Un lugareño nos informa sobre las características de una de las arquivoltas de la fachada principal, un singular calendario agrícola y el crismón de la puerta lateral, 
Aquí, un buen rato de relax, para una buena digestión y ahora, tras un cafecito, un paseo por las calles.

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