NIEVE

martes, 26 de junio de 2018

SOMPORT-ARLET (3ª etapa)

Venga chicas arriba ¡¡ Esta es más o menos la frase que una de nosotras emite cada mañana, pero doy fe, no era yo. Como siempre el amor de las literas me abraza y aprovecho cada segundo en ellas.


Ahora ya, levantadas, aseadas, preparadas toca tomar el desayuno que nos dará fuerzas para comenzar el día.







La jornada pinta más o menos como la anterior, pero personalmente para mi ofrece más encantos. Una zona que no conozco y como premio, dormir en el más esperado de los refugios, en el de Arlet, junto a un ibón en medio de la nada y del todo, dentro de territorio francés.


Arrancamos hoy la jornada junto a nuestras amigas, las pelirrojas. Salimos del albergue por la carretera hacia Francia subiendo un montículo a nuestra derecha, para descender al aparcamiento y ya tomar camino de Santiago.
 
 
 


Continuamos hasta que la carretera se interponga a nuestro paso, en un giro a la izquierda. Aquí, la tomaremos durante aproximadamente 100 metros hasta alcanzar el cruce de la Cabaña de Pacheau. Antes de llegar, el sendero gira a la derecha y seguiremos las indicaciones de “Causiat GR11”.
 
 
 


Ganando altura entre el bosque, estaremos pendientes para encontrar el próximo desvío a la derecha “Val de Aspe”.



Nos ayudaremos por las marcas rojas que encontraremos en rocas, troncos y arboles.



Tras cruzar el rio, daremos un giro de 180 grados, alejándonos poco a poco del rio y volviendo a ganar altura.


En un claro, nos encontraremos con la , donde las guías dicen que se puede comprar queso. Tras pasarla, el camino se introduce en el bosque de Anglús, y aquí seguir las indicaciones de Espelunguere , nombre bonito y fácil de pronunciar.







Y como es tan fácil, tendremos que pasar por el valle de Espelunguere , el bosque de Espelunguere , y ni aun así, aprenderemos a pronunciarlo.


Ahora la senda empieza a zigzagear hasta las cabañas de Alsout y Grosse, tomando después ya el sendero bien marcado a la derecha hasta el collado de Lapachouaou , será por vocales…






Ya nuestras fuerzas están bajo mínimos, aunque la parada a comer ha dado un pequeño empujón a nuestras piernas, la subida final, bajo el pico Arlet, esta haciéndose eterna. En cada curva esperamos ver aparecer el refugio, pero este se hará de rogar.





Pero al final, todo llega y desde luego que no nos defrauda. El espectáculo que aparece ante nuestros ojos es digno de este esfuerzo y más.
 
 
 
 


Las llegadas de cada jornada a los refugios es el momento más brutal del día. La cordialidad con que nos reciben en cada uno, las cervezas refrescantes que nos tomamos y las duchas revitalizantes son grandes compañeros de fin de jornada.




En esta ocasión no vamos a poder darnos una de esas duchas, pero hay otra opción.


Llegada al refugio de Arlet, presentación de credenciales, asignación de literas y a disfrutar del exterior con una fresca cerveza en la mano. ¿Que es lo que puede completar este maravilla? Un bañito refrescante en el ibón. Por desgracia es tarde ya y el baño debe de ser breve, para así, tras una relajante charla, pasar a cenar.




Esto ya es indescriptible. El gran comedor, con esas vistas impresionantes, y esa gran cena y nunca mejor dicho lo de gran, por que pareció no tener fin.











Y aunque el entorno, compañía y lugar es maravilloso, nuestras fuerzas ya empiezan a flaquear y ya con la tripa llena, desfilamos para dejarnos atrapar por los brazos de Morfeo.





Lastima que aunque el sueño y cansancio es muy fuerte, lucha contra el lugar de las literas corridas que nos toco en suerte. Un poco encogidas y descansando como podemos, damos por finalizada esta estupenda jornada.








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