Ultimo
día, último
madrugón,
última
andada. Esta etapa esta llena de sentimientos. Amanecemos temprano en
O Pedrouzo, y nos disponemos a caminar.
Nuestros
pasos van siendo confusos, tan pronto aceleramos con ganas de llegar
a nuestra meta, como que aminoramos con miedo a avanzar
y que esta aventura termine.
Ya
solo quedan 20 kilómetros
para el momento de gozo, para llegar y abrazar al Santo.
Entre
eucaliptos y pequeñas aldeas vamos avanzando. La
lluvia nos acompañará
hasta llegar a Santiago.
Paso
a paso, sin darnos cuenta, estamos llegando ya. El camino esta
repleto de peregrinos con sonrisas en la cara e ilusión en la
mirada.
Una
cuesta nos dará
la pista de que ya estamos llegando al Monte do Gozo. Es una subida
que nos saca unas risas nerviosas, por que ya nuestras piernas están
llenas de kilómetros
y parece que no podamos más. Pero es
solo un efecto, el camino es llevadero y pronto asomara el monumento
del monte.
Es
extraño,
pero para mi, este fue el momento real de llegada al fin de Camino.
Aunque faltara llegar a Santiago, abrazar al Santo y conseguir la
Compostela, mi sentimiento de haber conseguido la meta fue aquí.
Imagino que por eso le llamarán el monte do Gozo.
Toca
descansar un poco, realizar las fotos oportunas y como no,
refrescarse. Aquí
volvimos a tener el placer de encontrarnos con nuestras cordobesas
guapas.
Además,
Santiago estuvo de nuestra parte, y la lluvia dejo de caer, y asomo
un poco el sol.
Satisfacción
total, gozo monumental.
Y
ya, con otro espíritu,
vamos bajando a Santiago, cruzando ya por carreteras, calles y sobre
todo, civilización
urbana.
Vamos
a buscar nuestro albergue, que resulta ser una acogedora casa con
total espíritu
peregrino...albergue..
Y
una vez aseadas, alimentadas e incluso
“restauradas”, partimos a la Plaza del Obradorio para dar otro de
los pasos del fin del Camino.
Impresionante
Catedral, situada en un entorno lleno de retazos de historia y bellas
fachadas. Su interior nos acoge y nos maravilla.
Paseamos
por ella, nos dejamos envolver por todo y llega el momento de darle
las gracias al Santo por el buen camino que hemos tenido.
Gracias
por haber puesto en nuestra vida la oportunidad de estar aquí, con
este grupo de amigas que ha hecho de esta semana un tiempo a
recordar, gracias por poner en nuestras piernas la fuerza suficiente
para llegar y gracias simplemente por estar aquí.
Queda
dos días para pasear, hacer turismo, relajarnos, ver lugares
cercanos, por que el viaje no ha acabado aquí.
Pero
sí, EL CAMINO, este
ha terminado, pero continua con nosotras, por que ha sembrado una
semilla, que hace que nuestra alma prometa volver.
BUEN
CAMINO PARA TODOS
AQUELLOS QUE LO ESTEIS
HACIENDO O QUE VAYÁIS A
HACERLO. PERO “CAMINO”
NO ME OLVIDES, YO
VOLVERÉ.