Final de Agosto, en la ciudad el calor es
asfixiante. Un grupo de amigos senderistas buscan un lugar donde escapar, desesperados pero ansiosos, abren el portátil e inician la búsqueda. Dan
las gracias a los muchos “locos” como ellos que cuelgan sus experiencias en el
mundo de internet. Toman nota y parten con la esperanza de poder gozar de unas
buenas pozas donde olvidarse del stress urbanita.
Volvemos al entorno de Rodellar, en la siempre sorpresiva Sierra de
Guara. Kilómetro y medio antes de llegar
a esta población, encontramos a nuestra izquierda el desvío al Camping El Puente. En las inmediaciones aparcamos nuestro vehículo.
Esta ruta es un paseo, un paseo con un
entorno espectacular, un lugar donde refrescarse en los calurosos días de
verano. En total, andaremos unos 7 kilómetros,
suficientes para el día de hoy. Ya
llegará el invierno y calentaremos nuestros cuerpos con largas caminatas.
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Puente de Pedruel |
Con todos nuestros bártulos y elementos
necesarios para la andada, comenzamos la marcha. Enseguida, encontraremos el Puente
de Pedruel. Antes de cruzarlo, a mano izquierda hay una pequeña senda que baja
hasta el cauce, lugar muy frecuentado por los clientes del camping. Pero nosotros queremos antes andar un poco
para ganarnos el refrescarnos en estas aguas que parecen muy muy
fresquitas. Al cruzar el puente tenemos
dos opciones, a la derecha parte una estrecha senda que nos acercara al Barranco de Barrasil y a la
izquierda el camino que realizaremos. Pero igualmente nos acercamos a ver un
poco dicho barranco.
De nuevo en el puente, tomamos el camino de la izquierda, que discurre paralelo al rio. Más adelante,
nos alejaremos del Alcanadre, para visitar la pequeña localidad de
Pedruel, lugar anteriormente
deshabitado, pero en la actualidad,
tiene algunas casas ya rehabilitadas.
Nuestro paso, rompió un poco la tranquilidad del lugar, pero tras unas
fotos, volvimos al camino, dejando a los habitantes disfrutar del silencio y la
paz.
Ahora, tomamos un
tramo de carretera asfaltada, que accede a las Almunias de Rodellar, para poder
llegar hasta las Pasaderas. Nada más cruzar este puente, tomar el camino de la
derecha, abandonando el asfalto, caminando entre el rio y campos de
cultivo. En este tramo, es donde uno de
los componentes del grupo, le echo el ojo a una badina, y se quedó con la localización
del lugar, para, al regreso, hacer la merecida parada a comer. Pero de momento,
seguimos, hasta alcanzar la Ermita de la Trinidad.
Aquí haremos una breve
parada para beber y tomar un piscolabis, charrar y reír un rato. Este es el punto final de la ruta lineal de
hoy. Ahora, volviendo al punto que antes he mencionado, bajaremos a la orilla
del cauce, buscando una buena sombra y disfrutando de las refrescantes aguas.
Tuvimos una delicia de
día, con un calor que nos animaba a bañarnos en las frías aguas, pero que
secaba enseguida nuestro cuerpo para así volver a chapotear en la poza. Varias
entradas, y salidas del agua, jugando como niños en la poza y tomando el sol,
todo aderezado de diversas viandas.
Mucho costo tomar la
decisión, tras varias horas de parada, de levantar el campamento y volver por
el mismo camino que hicimos a la ida, hasta nuestro vehículo. Fin de la jornada, tomando unas refrescantes
cervezas aderezadas de una variedad de olivas y vinagrillos en el bar del
Camping.
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