Hace
más de un año encaminamos nuestros pasos a este pico. Pero en
aquella ocasión, las circunstancias nos impidieron hacer cumbre.
Amaneció el día en Santa Cruz de la Serós, con una fuerte nevada
desde primera hora de la mañana. Nosotros fuimos recibidos con un
manto de nieve, tanto en la carretera a San Juan de La Peña, que la
compartimos con un quitanieves, como en toda la subida. Y tras un
intento, y alcanzando el collado de Betito (1.371 mts), nos dimos por
vencidos ante la imposibilidad de seguir, por no ser visible la
senda. Desde aquí, buscamos la pista que nos llevaría hasta el
Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña.
Y
aunque la jornada fue satisfactoria, primeramente por la compañía,
y después por el entorno, no he cejado en mi empeño de volver a
este lugar.
En
esta ocasión, cambiando un poco la ruta elegida, vuelvo a
intentarlo. Y acompañada por un amigo de aventuras, elegimos un día
inmejorable.
Bueno,
el aire podría haber sido un poquito menos frio, pero a él tenemos
que agradecerle que ninguna nube “aguara” nuestras vistas desde
este otero. Y lo nombro así, por que según he leído, esto
significa Cuculo, otero, lugar de vigilancia.
Emprendamos
sin más dilación la ruta de hoy.
Arranquemos
hasta la población de Santa Cruz de la Serós, continuando por la
misma carretera que nos sube hasta San Juan de la Peña. Pero a unos
3,5 kilómetros de Santa Cruz, encontraremos una curva cerrada donde
hallaremos un deposito de agua. Este es el punto de inicio de la
ruta, donde hay un pequeño espacio para aparcar, para dos coches.
Si
se nos adelantan, por toda la carretera iremos encontrando ensanches
donde poder estacionar. Y tranquilos, todo lo que nos alejemos del
punto de partida, nos lo ahorraremos a la vuelta, que la realizaremos
por esta carretera.
Preparados
y adelante. En el mismo deposito encontraremos la senda que ya sin
tregua, empezará en continuo ascenso, por el barranco de la
Carbonera hasta el collado de Betito.
El empinado sendero esta
rodeado por el bello encanto de un bosque mixto.
Hemos cruzado el
pequeño torrente sin ninguna dificultad.
A
la derecha, la ascensión al Pico Cuculo, a la izquierda, al San
Salvador. Primero, atacaremos con el Cuculo. Comenzaremos entre
arbustos de boj, y después por erizones, en una senda muy bien
marcada y sin perdida. Aquí, el viento nos rodea y hace necesario
una parada para….ponernos toda la ropa de abrigo que llevamos
encima...madre mía, que frio viene el aire ¡¡¡¡ Y sin mucho
pensarlo, seguimos por el cordal que nos lleva hasta el collado de
las Eratas. Sin apenas pausa, intentando entrar en calor, pero eso
si, con las paradas obligadas para las fotografías. Las vistas nos
quitan el aliento ...¿o es el frio?...bueno, ambos dos.
Alcanzamos
el pico Cuculo al fin, aquí parece que hay una pequeña tregua de
viento, así que fotos, panorámicas y a volver por donde hemos
venido.
Este
mirador natural es impresionante, al norte, al sur, al este, al
oeste.. mires donde mires, tu vista alcanza muy muy lejos.
Retornemos
al collado de Betito. Ahora, tragamos saliva, observando hasta donde
hemos de subir de nuevo. Si bien desde el collado hasta el Cuculo, el
ascenso es suave y continuo, desde aquí, hasta la ermita de San
Salvador, la subida se ve...glup...bastante pronunciada. Pero
ciertamente, poco a poco, y sin mucho agobio, vamos ascendiendo, con
alguna parada para descansar y seguir fotografiando.
Y por fin, el
otro pico, acompañado con una bonita ermita.
Momento
de realizar una parada para tomar un pequeño tentenpie. En la pared
del edificio, encontramos un banco, que esta al resguardo y allí
tomamos fuerzas. Casi en silencio, observamos y disfrutamos.
El
momento no puede ser mejor.
Tras la visita al punto geodésico, a la
ermita y ya con nuevas fuerzas, seguimos en dirección a los
monasterios.
Para ello descendemos hacia el este por las crestas del
monte. Encontraremos indicadores que nos daran la opcion de realizar
el retorno por pista o por sendero. No lo dudamos, por una bonita
senda llaneamos y vamos descendiendo lentamente, por el cordal que
nos lleva hasta el Monasterio Nuevo de San Juan de la Peña.
Vista atras |
Un poco
antes de llegar a este, el sendero desembocara en la carretera y de
alli hasta la pradera de San Indalecio.
Ahora,
buscamos la senda que va hacia el viejo, sendero en descenso que va
alcorzando la carretera, hasta llegar al Monasterio Viejo. De alli,
solo queda la opción de continuar por la carretera hasta encontrar
nuestro vehiculo. Esta parte es la peor, puesto que el andar por
asfalto no gusta.
Como
ya el día sigue fresco (en mi pueblo dirian frio), nos acercamos con
el coche a Santa Cruz de la Serós, donde realizamos la parada para
comer. Y despues un cafecico en un acogedor bar para que se nos
temple el cuerpo.
Recomiendo
pasear por el pueblo, esta lleno de historia.
¿Veis
algo raro en esta ruta ? Cierto, una jornada no puede terminar sin
una buena cervecita, asi que siguiente parada, Ayerbe, población
conocida por nosotros y muy acogedora. Tras una buena charla entre
cervezas, volvemos a nuestra Zaragoza querida. Por favor, no
frunzáis el ceño, queridos lectores, cuando hablo en plural de las
cervezas, son dos, y con muchísimo
limón,
que sé que en un rato, conduzco.
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