NIEVE

domingo, 5 de agosto de 2018

PICO DE LOS MONJES , 2.349 m

Ruta tras ruta, voy aprendiendo cosas. Una de ellas es, que si a mi compañero Fer se le mete entre ceja y ceja hacer algo, hay que hacerlo, por que es más que seguro que merecerá la pena.


Y este es uno de esos momentos. Mencionó en varias ocasiones hacer el Pico Los Monjes, así que cuando decidimos hacer una escapada, elegimos este destino.


Arrancamos hacia Astún, aparcando junto al Hotel. Nos preparamos bien, llevando buena reserva de agua, por que el día promete caluroso.


De frente, iniciamos el camino dirección al ibón de Escalar. A nuestra izquierda, una pequeña cascada nos da la bienvenida, en una buena subida, que pronto empieza a calentar nuestras piernas. Cuando las fuerzas flaquean, nos alcanzan los típicos montañeros de tez arrugada y piernas como rocas, y esto hace que nuestro orgullo nos de un empujoncito más.



Nos encontramos ascendiendo por el barranco de Escalar, con tramos para recuperar el resuello que, por su vertiente derecha, nos conducirá hasta el ibón del mismo nombre.


El calor aprieta, el desnivel se va llevando y con la excusa de hacer fotos a semejante entorno, vamos poco a poco llegando al ibón (2.080 mts).





Momento de tomar un pequeño bocado y de hidratarnos. Rodeándolo, continuamos por una suave subida hasta el collado de los Monjes. 


Aviso a caminantes, lo que nuestros ojos van a contemplar os va a impactar, seguro, por que nos hayamos ante un increíble y maravilloso balcón al Midi.







Olvidaros de las prisas y quedaros en el collado un buen rato, estoy seguro que no os decepcionará.


Una vez disfrutado el momento, continuamos hacia la cima del Pico de Los Monjes o Pic des Moines. La primera parte del ascenso se realiza fácilmente y solo en la parte final encontraremos la parte de trepada, que realizaremos con cuidado pero con poca dificultad.







En muchas ocasiones, mi frase preferida es: “Nos vemos en las montañas” y en esta jornada, esto se ha cumplido. Cuando estamos ascendiendo el pico, nos encontramos una joven que baja corriendo, y cual es nuestra sorpresa, que es nuestra compañera y amiga de muchas rutas, que baja en compañía de otros miembros de nuestro grupo.


Así que, ante su invitación de esperarnos a que bajemos del pico, continuamos el ascenso.


Ya estamos en cima, y desde allí, con un giro de 360 grados, contemplamos todo lo que nos rodea. Momento de descanso y fotos. Momento de agradecer a Fer que haya insistido en hacer esta ruta.
Toca retornar hasta donde nuestros amigos nos están esperando.








Ya reunido el pequeño grupo, comenzamos el regreso, esta vez por el ibón de Las truchas.


Tomamos el atajo, sin crestear, para asomarnos a la otra vertiente. Ya con el ibon a nuestros pies, bajamos hacia él. La hora, hace que decidamos quedarnos en él a comer.







El día no podía ser mas redondo. Alli, con los rayos de sol calentando nuestra piel y la fresca agua enfriando estos calores, damos cuenta a las viandas, acompañada por una exquisita ensalada que Josema nos prepara con productos de su huerta.





Comida, charla y relax. Un buen trio.


Disfrutado este momento, caminamos hasta el mirador del bar “Los ibones” que se encuentra al final del telesilla.


Ahora, por pistas, retornamos hasta los vehículos. Y como no, redondeamos el día, con unas cervecicas en Sabiñanigo.












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