NIEVE

viernes, 13 de octubre de 2017

IBON DE BASA DE LA MORA (1.910 mts. altitud)




Dada la fecha, sabíamos que el ibón no iba a estar en su mayor esplendor. No obstante, al encontrarnos en la zona, decidimos igualmente subir.

Partimos hoy desde el bonito pueblo de Plan, en el valle de Gistau. Aparcando en la entrada del pueblo, tomamos el camino que parte desde la piscina. Enseguida encontraremos indicaciones. Pasado el rio, unos metros más adelante y junto a una pequeña caseta, tomaremos la pista de nuestra derecha.

El comienzo discurre junto al rio Cinqueta. A unos tres kilómetros, encontraremos un sendero ascendente a nuestra izquierda.



Ya no pararemos de subir, entre un acogedor bosque, en las laderas de la montaña. En dos ocasiones, cruzaremos el barranco del ibón. En estas fechas, el cauce es escaso, pero en época de nieves o deshielo, el lugar impresiona por su belleza. Aún así, encontramos el paseo, exigente pero perfecto.








Las piernas están siendo las protagonistas, y aunque los ojos disfrutan, ellas llevan el peso de la jornada.











Hacia el final, a apenas un kilómetro de las cercanías del Ibón, empezaremos a llanear por unos verdes prados. Nos encontraremos con el cruce de la pista que sube desde Saravillo.





Aquí sufrimos una pequeña decepción. Los vehículos pueden llegar hasta el refugio de Labasar, a apenas 15 minutos del ibón. Y aunque nosotros no cambiaríamos el trayecto por nada del mundo, nos encontramos que al llegar al ibón, tenemos de todo, menos tranquilidad.





Pero no pasa nada, nosotros siempre encontramos la paz entre la algarabía. Y después de contemplar el lugar, ver el bello entorno que rodea al ibón, ascendemos un poco más por una verde ladera y allí podemos hacer nuestro alto a comer.

El día esta soleado y caluroso, parece mentira que estemos a mitad de octubre. Y aunque apetecería un baño y desde luego que bañador hemos traído, el escaso nivel de agua, hace que desistamos y optemos por una relajada siesta en nuestro rincón de paz.








Cuando llega el momento de volver, decidimos contemplar con nuestros propios ojos la cercanía de los coches al lugar. Y tras tan triste espectáculo, retomamos nuestro camino, bajando por el barranco y el bosque.

Para el colofón final, rato muy relajado en Plan, en manga corta con unas cervezas fresquitas y una aceitunas, todo ello aderezado con una buena charla entre amigos.



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