Llevo
pasando por este desvío muchos años. Antiguamente un pequeño
cartel señalizaba el lugar. Desde la carretera parecía que indicaba
un merendero cercano. Pero cada vez que circulaba por ahí, mi
curiosidad crecía, como el cartel indicador, que paso a ser de un
tamaño superior, que no parecía corresponder a una simple área
recreativa. (área recreativa de
la Fonteta ).
Pero
como siempre andaba con escapadas al Delta del Ebro, con los días
justos y con ganas de disfrutar de todos ellos en la playa, lo dejaba para una “próxima vez”.
Un
día me aventure en el mundo de internet y descubrí que el paraje
bien merecía una visita. Y por fin llego el momento. Esta semana
Santa decidí que no iba a pasar ni un día más.
Saliendo
de la localidad de Gandesa, circulando por la sierra de Cavalls
encontraremos un desvío a mano derecha.
Es
un camino asfaltado que en unos 12 kilómetros nos llevará hasta el
Santuario. Veremos una señal que nos indica que en temporada alta el
paso esta restringido. Y no me extraña porque, aunque el firme esta
en condiciones, el ancho del camino es bastante justo. A la estrechez
de la vía, se le une que aun lado de la carretera es pared de piedra
y al otro, caída.
Como
a mi la conducción no me resulto cómoda, y que yo en vacaciones no
quiero estrés, buscamos un ancho donde no estorbáramos y allí
estacionamos el vehículo.
El
resto del camino, andando, que para ello somos senderistas.
Se
puede investigar más sobre el tema, y buscar otros caminos para
llegar. Más atrás creí apreciar, en un cruce de caminos, un senda
para llegar caminando. Además, existe la vía verde desde Prat de
Comte.
Ya
relajados, con una ligera mochila, empezamos la bajada, adentrandonos
en la Sierra de Pandols. Enseguida las vistas nos empiezan a obligar
a pararnos. Impresionante lo que vamos observando.
Una
serpenteante carretera baja progresivamente. Aun a pie tenemos que
tener precaución, el numero de vehículos que circula es importante.
Una
sonrisa un poco irónica aparece en nuestros labios, pensando que
todo lo que ahora estamos bajando alegremente, se volverá a la
tarde, después de comer, en una subida que pesará en nuestras
piernas, pero bueno, eso sera más tarde.
¿otra
curva? ¿cuantas llevamos? ¿otra? Uff y detras tres más. Pero al
fin, en una de ellas, distinguimos el Santuario. Animo, ya queda
poco.
Como
se nota que son vacaciones, el lugar esta lleno de paseantes, que
asoman por todos los rincones. Nosotros hacemos una breve visita a
la parte edificada y enseguida escapamos por las pasarelas.
En
un pequeño rincon vemos una minuscula piscina que debe de ser la
Fontcalda y desde luego sus aguas estan tibias. Pero no nos paramos
más en ella y seguimos avanzando.
Unas
tramos de pasarelas, a veces escalones esculpidos en la roca, otras
senda a la orilla del rio, y poco a poco vamos escapando de la
“civilicación”. Al fin, cuando ya el camino es menos accesible y
se va adentrando en el cañon, encontramos la tranquilidad que tanto
nos gusta.
Alli
mismo, buscamos una bajada hasta las aguas y establecemos nuestro
campamento base para la comida.
Mientras
disfrutamos del momento, vamos observando que la ruta sigue más
alla, pero por desgracia hoy no disponemos de mucho tiempo. Asi que
lo usamos para descansar y desconectar.
Y
tras otro breve paseo por el Santuario, calentando motores de nuevo,
emprendemos el ascenso. Pero despacio y sin mirar en ninguna ocasión
el track para que no se nos hiciera largo, encontramos el vehiculo
que amablemente esperaba nuestra vuelta.
Un apunte, el caudal del agua, en estas fechas tempranas del año, no es mucho, asi que en temporada estival....
Y
colorin colorado, este primer contacto con la Fontcalda ha terminado.
La
leyenda del Santuario.
Se dice que un pastorcito de Prat de Comte encontró cerca de esta
fuente una imagen de la que nadie tenia noticia. Se la llevó con él,
pero al llegar al pueblo la imagen había desaparecido de su bolsa.
El confuso pastor volvió al lugar de la aparición y allí encontró
de nuevo a la Virgen.
La
llegó noticia a Gandesa y, como le pasó al pastor, intentaron
trasladar la imagen a la Iglesia de Gandesa pero al día siguiente
desaparecía y la volvían a encontrar en el mismo lugar. Gandesa
entonces levantó una pequeña capilla y más tarde una iglesia.