Una
forma diferente de ver el valle de Ordesa, desde otra perspectiva,
caminando por un estrecho camino a mitad de las paredes verticales,
que bordean el circo de Cotatuero, alejándonos de la masificada ruta
de la cola de caballo.
Alzando
la vista, podemos contemplar el imponente Tozal de Mallo.
Empecemos
la descripción de la ruta en si. Partiremos desde la pradera de
Ordesa, a la que accedemos en verano en autobús desde Torla, y fuera
de temporada en coche particular.
Una
vez estacionado el vehículo, retrocederemos andando en dirección a
Torla durante unos cientos de metros, hasta llegar a la antigua casa
de información, Casa Oliván. A nuestra derecha ya encontraremos la
primera señalización.
La
ruta no tiene perdida, esta bien señalizada. El primer tramo es la
parte dura de este recorrido, ya que progresamos en continua subida,
y tras sucesivos giros, alcanzamos la parte llana de la faja de
Racón.
Paredes
húmedas a nuestra izquierda, pequeños recovecos en la roca, todo
ello a los pies del Tozal del Mallo, que impresionante, nos contempla
desde su enclave, en el circo de Carriata.
El
paseo trascurre entre pequeñas subidas y bajadas, y cada vez la
panorámica nos va sorprendiendo. Como colofón final de esta
primera faja, la cascada y circo de Cotatuero.
Aquí
es donde encontramos el desvío a las clavijas, y nuestra curiosidad
puede con nosotros, así que nos acercamos para verlas más de cerca.
Pero como hoy no poseemos la equipación necesaria, una vez
contempladas, volvemos para acercarnos al puente que nos cruzara el
barranco.
Pero
antes, momento de la parada a comer. Elegimos un pequeño ensanche en
la senda, que nos sirve de reposo y de balcón para contemplar en
todas las direcciones.
Toca
emprender la marcha. Tras un suave descenso, cruzamos el mencionado
puente y, tras él, una nueva subida para acceder a la faja de
Petazals y posteriormente a la de Canarellos.
Ahora
el final esta ya cerca, sobre todo, el fin de la soledad de la ruta.
Cruzamos por el bosque de las hayas y en bajada llegaremos hasta la
pista de la ruta de la Cola de Caballo.
Ahora
ya, en un cómodo y acompañado paseo, llegaremos hasta el crucero de
la virgen y posteriormente a la pradera de aparcamiento.
La
ruta no es muy exigente, no hay peligro aunque las fajas tengan pasos
estrechos, mientras el firme este seco. Se emplean entre seis u ochos
horas, dependiendo de las paradas. Aconsejo realizarla con toda la
tranquilidad para no perderse nada de lo que el valle nos ofrece.
Fin
de la jornada en Broto, pueblo que me tiene ganada y que es uno de
mis preferidos en el entorno.