Hay
días que las cosas empiezan torcidas y siguen así. Pero al final
hay que mirar el lado positivo, y ver que al menos, caminar has
caminado y que parte de esta negatividad se ha quedado en el barro
del camino.
Al
fin al cabo, el fin de las salidas del domingo es hacer camino y ver
lugares diferentes, y eso ha pasado. Lo único que no hemos
encontrado el lugar que era nuestro destino. Debido a una inexistente
señal, que algún cafre se cargo, hemos elegido el camino
incorrecto.
Hemos
realizado la andada hasta donde hemos creído conveniente parar, ya
que no existía ninguna indicación que nos diera pista de que
lleváramos el buen camino.
Y
la Ermita de Santa Engracia de Asteruelas ha sido nuestro punto
final. Desde allí, retomar la pista para volver a nuestro vehículo.
Gracias
a aquellos seres que no tienen otra cosa que en la que entretenerse
que realizar actos vandálicos con las señalizaciones de los
senderos.
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