El
pasado domingo no conseguimos hacer la ruta pensada, y tuvimos que
optar por una alternativa. Pero, como cabezones que somos, y yo la
primera, una semana después hemos vuelto y…..espinita
quitada….conseguimos alcanzar el CERRO DEL ESPINO.
Partiendo
de la misma localidad, Almohacid de la Sierra, y saliendo del pueblo
por la pista que indica “sendero botánico”, llegaremos por un
camino forestal con los vehículos, hasta el punto de
estacionamiento, y partida de la caminata.
Nuestro
cometido de hoy sera llegar a dicho cerro, visitando en el trayecto
uno de los pocos bosques de roble albar que existe en Aragón. Y todo
el desnivel que superaremos este día, se vera recompensado por unas
vistas impresionantes de todos los alrededores, el valle del rio
Tiernas, la sierra de Algairen y el valle del Mosomero.
En
un ancho cruce de caminos, una vez estacionados y preparados para la
jornada de hoy, que comienza con un pequeño chaparrón que no
consigue desanimarnos, tomamos en dirección al cerro del Espino.
Unos metros arriba de este cortafuegos, tomaremos el desvío a mano
derecha, la denominada senda de la lechera. A saber a donde iba la
lechera por esta camino y a donde quería llegar. Empezamos con un
ligero ascenso, donde podremos ir viendo, en los claros que nos
encontraremos, la comarca del campo de Cariñena.
En
un continuo sube y baja nos acercaremos a un vallado, que dejaremos a
nuestro frente y continuaremos por una senda en descenso a nuestra
izquierda. En este punto, nos hemos encontrado en el collado de la
hermana. Más adelante, una antigua carbonera. Ahora ya entre
carrascas vamos bajando al valle. Aquí igual encontramos un poco de
confusión en los caminos, debemos seguir paralelos a unos campos,
hasta encontrarnos a nuestra derecha una gran casona, que no
alcanzaremos al ser propiedad privada. Ya en el bosque del Mesonero
o Mosomero, encontraremos el área de la fuente de la Jordana, que
aunque queda fuera del camino, recomiendo que os acerquéis, por que
el pequeño rincón, tiene su encanto.
Continuando
de nuevo, nos encontraremos que el camino tiene un prohibido el paso,
y a nuestra derecha parte una senda que es la que hemos de seguir,
para ya adentrarnos poco a poco el robledal blanco. Disfrutando de
este tramo, y ganando poco a poco desnivel, alcanzaremos el collado
del tío Francisco, que debe ser aquí donde venia la lechera.
Diversos
senderos surgen en este punto, y tomaremos el que nos llevara al
cerro del Espino, en un tramo de la PRZ15, donde las antiguas rayas
amarillas y blancas darán paso durante un tramo, a rayas rojas y
blancas. Eso si, ambas no han sido renovadas en años y hay momentos
que los colores solo son meros recuerdos.
Subiendo,
subiendo y subiendo, alcanzamos una pista que solo nos acompañara un
rato, hasta encontrarnos un sendero a nuestra izquierda. Pinar
arriba, pinar arriba, alcanzamos por fin la cruz que era el martirio
de nuestro caminar, ya que apenas es visible desde ningún punto, y
nos hacia dudar de su existencia.
Sesión
de fotos, disfrute del entorno y las vistas, pero dado el aire y frio
que aquí hacia empezamos el descenso por un sendero cercano. La
ruta aproximadamente es de unas 4h 15`, de los cuales llevaremos ya
unas 3h30’. Así que ya llegamos a nuestro final, pero aun nos
queda una potente bajada, muy propicia a resbalones, que tomaremos
con cuidado, y desde luego disfrutando del pinar, alcanzamos ya
nuestros coches.
si se amplia la foto, abajo abajo, nuestros coches. |