Cuando
aparezco a sus pies, trago saliva y pienso si voy a ser capaz de
llegar a la cima. No soy habitual de picos y peñas, así que su
visión me impacta. Se alza ante nosotros, y nos hace sentir
pequeños. Pero no nos dejamos amedrentar y atacamos la subida.
Al
final no resulta ser dificultosa, al revés, es muy llevadera. Su
forma, y el estar aislada, le hace lucirse cual fortaleza
inescrutable para pequeños inexpertos como nosotros. Pero es amable,
y nos recibe con cariño en su cima, junto a su cruz.
Domingo
19 de febrero, unas temperaturas suaves, y una mañanita de niebla,
nos acompaña hasta llegar a la presa de Arguis, donde dejaremos el
vehículo de tracción mecánica, y activaremos nuestros pies de
tracción animal.
Cruzaremos
por la pasarela y tomaremos el camino que avanza en un principio,
paralelo al embalse. Dejaremos sin tomar, el primer desvío a los
pozos de nieve y continuaremos hasta la siguiente bifurcación a la
izquierda.
Empieza
a notarse la subida. La próxima señalización
que habremos de tomar será
la que indica Pico Gratal, que esta acompañada del gaseoducto.
Ahora la pendiente toma mas fuerza, y continuaremos hasta encontranos
un pequeño sendero a nuestra derecha, marcado con mojones. Delante
de nosotros, dejaremos el gaseoducto y el cortafuegos para la vuelta.
Nos
adentramos en el
bosque, por una estrecha senda, que en ocasiones nos hace agachar,
pero que le da encanto al caminar. Es
un pequeño acorte al cortafuegos, que hace mas ligera la ascensión.
Nos llevara de nuevo a una pista que tomaremos hacia la izquierda, y
un poco mas adelante, hacia la derecha.
Ahora
ya, en un collado repleto de erizones, podremos contemplar Peña
Gratal. El día es soleado, pero bancos de niebla empiezan a
juguetear con nosotros, esperando que saquemos la cámara
de fotos para inmortalizar algo, para que …..chas….la niebla se
ponga delante y no podamos. Casi era darse la vuelta para que el
banco desapareciera y apareciera en el siguiente objetivo de nuestra
foto. Pero no importo, este hecho dio carácter misterioso a nuestro
alrededor.
Tomaremos
fuerzas y, pasando junto a una fuente, iniciaremos la ascensión.
Hay que unir tramos de pista con tramos de senderos de entrada
perfectamente marcada con potentes mojones en sus laterales.
El
firme esta resbaladizo, nos hace patinar y jugar al que “me caigo
no me caigo” pero con este entretenimiento, con nuestras miradas
puestas en los pies, con los bastones firmemente clavados para retar
al barro, sin darnos casi cuenta, nos encontramos ya en la cima de
este imponte lugar.
Una
cruz nos recibe, cruz que da la merecida recompensa, que te saca una
sonrisa de satisfacción.
Lugar para la sesión fotográfica,
para la contemplación, y momento de dar cuenta a las viandas que
han dado peso a nuestras mochilas, con amigos a tu vera y con una
distendida
charla.
Toca
el momento de recoger, dejar el lugar limpio, y de visitar de nuevo
nuestra senda de barro, para, como esquiadores expertos, realizar la
bajada con nuestras posaderas impolutas.
Esta
vez, desde la fuente antes visitada, tomaremos ya el cortafuegos que
acompaña el gaseoducto, y realizaremos la vuelta por aquí.
Continuaremos en linea recta, hasta aparecer a la señal de Pico
Gratal que antes ya hemos visto.
Y
caminito caminito, a volver hasta la presa. Ha sido una jornada
estupenda, por la compañía, el lugar, y sobre todo, por el reto
superado.
WIKILOC