NIEVE

domingo, 7 de febrero de 2021

AÑON DE MONCAYO


 

AÑON DE MONCAYO

Elegimos para la entrada de hoy este bonito pueblo de la Comarca de Tarazona y Moncayo. Situado en la margen izquierda del río Huecha, tanto la localidad como sus alrededores poseen sitios dignos para conocer y contemplar.

 

En la parte alta del casco urbano encontramos el Castillo de los Comendadores,  construido por la Orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII y reconstruido en el siglo XIV, al ser destruido en la guerra de los dos Pedros. Adosada a él encontramos la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. En la actualidad, el castillo esta siendo utilizado como viviendas particulares.

 







Desde sus calles parte una bonita ruta, el sendero AG-3, de usos tradicionales. Es fácil para realizar en familia, alcanzando alrededor de seis kilómetros si nos acercamos a todos los puntos que nos ofrece para conocer.

 

LAVADERO:

Recientemente restaurado, podemos transportarnos a otros tiempos cuando la tarea del lavado de la ropa se hacia sin maquinas modernas como las de ahora y cuando todo motor eran las propias manos de las lavanderas. Mientras ejercían esta ardua tarea, aprovechaban para socializar con el resto de las vecinas.

 



CARBONERA:

El carbón vegetal en el Moncayo era utilizado principalmente como combustible. La vida del carbonero giraba en torno a este lugar, viviendo habitualmente en cabañas cercanas.

 


HORNO DE TEJAS Y REFUGIO “EL TEJAR”.

Claro está, la finalidad de este horno era la fabricación de tejas.

 




PUENTE ROMÁNICO.

Pequeño pero encantador puente sobre el río Huecha.

 



ÁREA RECREATIVA

Aquí podremos disfrutar de un descanso en las mesas habilitadas en el lugar e incluso tomar un refresco en el bar.

 


CUEVAS DEL REY.

Junto al área recreativa veremos unas cuevas, antiguamente utilizadas para cerramientos ganaderos. Allí aflora un manantial cuyas aguas proceden del barranco de Morca. Actualmente se encuentran cercadas y cerradas al público, desconozco el motivo.

 





ERMITA DE SAN JUAN.

De vuelta al pueblo, podemos desviarnos a ver las ruinas de esta ermita.

 




La guerra de los dos Pedros (1356-1367)

A mediados del siglo XIV la Corona de Aragón y Castilla libraron una dura guerra que acabó siendo conocida como la Guerra de los Dos Pedros, debido a que en ambos reinos gobernaban monarcas con dicho nombre: Pedro IV “el Ceremonioso” de Aragón y Pedro I “el Cruel” o  “el justiciero.

 

 

martes, 14 de julio de 2020

16 etapa FROMISTA A CARRIÓN DE LOS CONDES.

 


Nuestra jornada empieza pronto. Anoche avisamos al resto del grupo que nosotros saldríamos pronto para quitarnos un buen tramo de Camino a la fresca de la mañana. Seguro que, llegado el momento de almorzar, estamos de nuevo todos juntos.




Con nocturnidad y alevosía abandonamos el albergue por la recta que comunica a todos los pueblos. Primer encuentro: Población de Campos; pequeña población donde no encontramos nada abierto, así que seguimos con fuerzas y ansias de encontrar un sitio donde tomar un gran caldero de café, a poder ser con algo que mojar en él.





A la salida, antes de cruzar el río Ucieza, encontramos la variante por Villavieca, más corta, pero más descubierta. Nosotros cruzamos y continuamos a la izquierda, más larga, pero con sombra;  más que deseable.  Cruzamos Revenga y después, un par de kilómetros más adelante, llegamos a Villarmentero de Campos que, aunque posee más bares, ninguno está abierto a nuestro paso.









Sobre las nueve de la mañana llegamos a Villalcazar de SIrga, donde, bajo la protección de Santa Maria La Blanca, llegamos a las puertas de un bar justo en el momento que levantan las persianas. La terraza, a las faldas de esta gran iglesia templaría, es una gran recompensa por la espera.






Empezamos con un café con leche y una napolitana, pero la pereza remolonea con nosotros y nos vemos casi obligados a pedir unos buenos huevos fritos con morcilla regados con una gran y refrescante jarra de cerveza. En estos menesteres nos hallamos cuando somos alcanzados por el resto del grupo.  Así que en esta grata compañía seguimos un buen rato en el lugar.






Sacudiéndonos la pereza, partimos, ahora ya todos juntos. Entre conversaciones y risas llegamos ya a destino. Apenas nos separaban unos seis kilómetros de Carrión de los Condes. 







Nuestro albergue es peculiar. Para todos, es la primera vez que pernoctamos en un convento en activo, en esta ocasión, de las Clarisas. Mientras el conserje que nos atiende nos toma los datos y sella nuestras credenciales, intenta vendernos alguna de las pastas que estas monjas elaboran. Pero topan con una pared, las morcillas nos han dejado K.O.







El grupo ya está más que unido, hasta el punto que organizamos todos juntos las etapas de los días siguientes. Tenemos el lujo, en estos tiempos de covid, de poder disponer de la cocina del albergue, así que correteamos por el pueblo en busca de un supermercado. Marco tiene el antojo de cocinar pasta al más que famoso estilo italiano. Decidimos dejar que sea feliz y que mime nuestros estómagos. Lo que no queríamos, pero no nos deja más opción, es que él pagara toda la compra en el supermercado. Pero, en fin, más que italiano parece maño, así que para compensar nos dedicamos a suministrar cerveza a todos los pinches que vamos a meter mano en el guiso.




Todos colaboramos de una forma u otra, aunque el tándem formado por Marco y Miguel es el que más guerra da en la cocina, mientras que Vicent se deja los dedos haciendo que una cuña de queso parmesano pase a ser rallado. Al final, el resultado es magnífico: pasta y pan con tomate para todo un regimiento, o al menos para todos los alojados en el albergue. En esta perfecta armonía llenamos nuestras panzas charlando hasta con un zagal que viaja con su padre y es un calco casi de mi hijo… ¿será que lo echo de menos?


Conociendo al resto de peregrinos trascurre la tarde. Un alto para las curas en los protagonistas del Camino, nuestros pies, a cargo de Luismi, todo un profesional después de doce caminos.


Llegado el momento de dormir, vemos que han llegado un grupo de bicigrinos, jóvenes y ruidosos pero bueno que se le va a hacer. A pretar los ojos e intentar dormir.